Pues la verdad, hace poco leí una conferencia que ofreció Federico García Lorca hablando sobre el "duende", esa expresión con la que se denomina por el sur el talento artístico, y relataba una ocasión en la que una cantaora con muchísima técnica dejaba totalmente frío a un público muy exigente en lo artístico, hasta que, de pronto, con una mezcla de enfado y desesperación, cambió totalmente el tono de su actuación, rompiendo su voz como nunca lo había hecho, y expresando con tal torrente de sentimiento, que por fin consiguió la emoción e implicación del público.
Como conclusión, mi parecer es que lo del alcohol tiene más que ver con las barreras sociales que tenga uno instauradas. La voz se rompe (si se puede romper) una vez se ha calentado, con o sin alcohol.
Lo que en el ejemplo que he puesto hizo la falta de respuesta del público, unos lo buscan en el alcohol, y otros saben conseguirlo naturalmente: un estado desinhibido.